¿Conoces toda la colección Inspíra?
Descubre este mundo que hemos creado para ti. Permítete brillar con luz propia y atrévete a ser auténtica.
Nos encanta crear productos que perduren y cumplan su promesa.
¿Ya tienes tus favoritos? ¡Amamos todos!
Rostro
-
Magic Gel
$39.00
Cabello
-
Jojoba Lovers
$749.00 -
Óleo Jojoba
$279.00 -
Leave in Jojoba
$279.00 -
Heat Off Jojoba
$279.00
Cuerpo
-
Mini Body Lovers
$449.00 -
Mini Kintsugi
$119.00 -
Mini Café Latte
$119.00 -
Mini Bombón de Azúcar
$119.00 -
Mini Bella
$119.00 -
Body Lovers
$649.00 -
Kintsugi
$179.00 -
Café Latte
$179.00 -
Bella
$179.00 -
Bombón de Azúcar
$179.00
¿Ya sabes cómo usarlo?
Sobre inspíra
Inspíra Mónica Llaca
El resultado de una ilusión compartida de nuestra familia para ustedes.
Del trabajo de un matrimonio que ahora también es un equipo.
De las manos mexicanas en las que confiamos nuestros anhelos.
Pero sobre todas las cosas, el resultado del apoyo de miles de personas que han compartido el camino con nosotros, que nos han inspirado para construir un nuevo sueño.
Inspíra son ustedes
Mónica Llaca
Inspíra surge del deseo que teníamos mi esposo y yo de crear algo juntos. Pero no cualquier cosa, sino algo que nos apasione y nos llene, algo que nos guste y nos haga sentir orgullosos de compartir con ustedes.
Miles de retos y obstáculos llegaron a nuestra vida, pero las ganas de trabajar y salir adelante para cumplir nuestros sueños fue nuestra motivación de cada día. Inspíra nos dio esa ilusión, nos dio esa esperanza.
Desde el inicio, pensamos en Inspíra como algo más que una línea de belleza. Queríamos productos que les despierten emociones y sentimientos a lo largo del día, desde el cafecito de la mañana hasta el momento antes de cerrar los ojos por la noche. Imaginamos Inspíra como un estilo de vida. Ese que te hace sentir feliz, que te da ganas de levantarte de la cama cada día, que te enseña a amarte, que te hace sonreír por sobre todas las cosas.
Eso es lo que nosotros soñamos para ustedes. Eso es justo lo que queríamos plasmar.
Eso y más es Inspíra.
Romanos 4,20